Mic, de Bruno Cervera

Hablar en público puede parecer muy sencillo cuando ves a un político hablarnos de la situación actual o sencillamente cuando ves a un profesor dar una clase. Pero ya el primer día que debes contestar una pregunta a un profesor en medio de tu clase, te das cuenta que el tema no es tan fácil…

Luego, el primer día que tienes que hacer una presentación en público, descubres el significado de la palabra glosofobia (miedo a hablar en público). Muchos famosos que quizá nunca habrías imaginado, como Warren Buffet, Joel Osteen o Mahatma Gandhi son algunos ejemplos de personas que se vieron totalmente superados por la situación de tener que hablar en público. Y no te pierdas la anécdota que nos contó recientemente Sabrina Zeidan, sobre cómo se preparó para su primera presentación en una WordCamp.

Casi nadie ha «nacido orador o presentador» y, en ningún otro tema o campo encontrarás más solidaridad y comprensión sobre la dificultad que comporta hablar bien en público. Así que, si te preocupa cómo prepararte tu primera presentación en una WordCamp, puedes estar tranquilo o tranquila que, insisto, todos los que estaremos escuchando, somos conscientes de que no es fácil. Y aunque pueda no parecerlo, hay técnicas para prepararte para hacer una presentación en público.

Ten en cuenta que, una vez te han aceptado una charla en una WordCamp, el equipo de contenidos que organiza la WordCamp te va a dar el conjunto de instrucciones que debes seguir, los requisitos y fechas que cumplir, etc. Información, no te va a faltar. Y es más, también puedes solicitar ayuda para que te asignen a una persona que te ayudará en todo el proceso de preparación de tu presentación.

En esta entrada, intentaré darte una visión pragmática sobre lo que deberías tener en cuenta cuando vas a preparar una presentación para una WordCamp.

¿Qué es una presentación en una WordCamp?

Un presentador sin experiencia, en vez de dar una charla, lo que hace es leer en voz alta. Se esconde detrás del atril, no es capaz de mirar al público ni una sola vez y todos los que estábamos ansiosos por escucharlo, rápidamente dejamos de prestar atención a lo que se está diciendo. Esto no es una presentación en una WordCamp.

Una presentación en una WordCamp es una conversación con tres características clave para una buena comunicación:

  • mantiene la franqueza y naturalidad de una charla informal,
  • es animada y colorida,
  • se sintoniza con las reacciones de los oyentes.

Franqueza y naturalidad

Para que la presentación de un principiante pueda parecer natural, lo primero que tiene que tener claro es que necesita mucha preparación y ensayo. Idealmente, si has podido incluso ensayar frente al espejo o con un pequeño público tantas veces como puedas, mucho mejor. Y sí, contrariamente a lo que pueda parecer, es precisamente tras toda esa preparación cuando puedes dar una imagen de franqueza y naturalidad.

Pero vayamos a nuestra gran preocupación: la ansiedad. La ansiedad es un problema generalizado que nos molesta a casi todos los que tenemos que hablar en público. Típicamente es el resultado de descargar adrenalina acompañada de mariposas en el estomago, sudor, palpitaciones, boca seca y piernas y manos temblorosas. Para tu tranquilidad, ten claro que todos estos síntomas son siempre más obvios para quien los sufre que para cualquier observador. Aunque, debo confesar que en una conferencia en la que llegué a estar bloqueada sin poder hablar durante un rato que se me hizo eterno, al acabar, un compañero me confesó que nunca más lo hiciera sufrir así. Por un momento llegó a pensar que no arrancaría ?.

Me sabe mal decirte que no hay una solución rápida para este tipo de ansiedad. Aunque, adicionalmente a la preparación y ensayo, hay varias cosas que puedes hacer para reducir tu incomodidad. Puedes practicar una relajación selectiva para reducir la tensión corporal. Céntrate en la comunicación en lugar del contenido (que ya te lo sabes de memoria, no te preocupes), manteniendo tu enfoque en el valor que estás aportando a tus oyentes.

Practica la reestructuración cognitiva que consiste en reemplazar cualquier mensaje negativo irracional auto-inducido por mensajes positivos. Por ejemplo, al subir al estrado sólo concéntrate en sonreír y dar una imagen de ser una persona encantadora. Si te bloqueas cuando deberías ya haber empezado, sigue dándote auto-instrucciones que te ayuden a regular tus pensamientos, tales como: «tranquila, sabías que esto iba a pasar, pero recuerda que eres capaz de reaccionar, respira profundamente y arranca».

Desarrolla y prueba guiones de visualización que te ayuden a imaginar que tienes éxito y les encanta tu charla. Todo esto junto con los ensayos que habrás hecho previamente delante del espejo suele ayudar a que desarrolles una mayor confianza.

Ten también presente que hay un lado positivo en la ansiedad por comunicar y es que puede estimular tu desempeño. La falta de cualquier tipo de ansiedad suele resultar en una presentación aburrida y sin ningún tipo de inspiración. Recuerdo leer una entrevista a un profesor, premio Nobel de la Universidad de Chicago, que comentaba que el día que no estuviera nervioso en su primer día de clase, se jubilaría.

Animada y colorida

Todos (o diría que la mayoría) de los que participamos en una WordCamp vamos con las ganas de aprender y relacionarnos profesionalmente pero también con ganas de pasárnoslo bien.

Algunos presentadores tenían muy claro en la WordCamp Europa 2019 de Berlín que una charla en una WordCamp debía ser animada. Te pongo un par de ejemplos.

Por ejemplo, Brian Teeman, en su presentación nos vino vestido con un traje muy especial (o ¿tendría que decir espacial?).

Y Sebastiaan Van Der Lans consiguió que todos los presentes en la sala nos pusieramos a bailar:

Tranquilo, no es necesario que te disfraces ni tener el nivel de un DJ profesional para dar una charla en una WordCamp, pero recuerda que los que te vamos a escuchar, no queremos aburrirnos.

Si te han aceptado una charla en una WordCamp, eso ya es un buen indicador de que el tema propuesto es interesante. Por supuesto, hay muchas formas de explicar cualquier tema y nunca pierdas de vista que quieres tener una conversación con tu audiencia. Aún así, hay ciertos elementos que pueden ayudarte a conseguir más calidad en tu presentación:

  • Hechos y estadísticas: da soporte a tus ideas con hechos y estadísticas contrastados. Asegúrate de cualquier información que proporcionas es relevante, reciente, creíble y confiable.
  • Testimonios: si citas ideas o palabras de otros, asegúrate de mencionarlos y contextualizarlos adecuadamente, validando su veracidad.
  • Ejemplos: los ejemplos son una herramienta muy útil para ayudar a despertar el interés, aclarar ideas, mantener la atención, enfatizar los puntos principales, demostrar cómo una idea puede ser aplicada y facilitar a tus oyentes el mensaje. Si además usas los nombres de las personas para personalizar el ejemplo, incrementas su impacto.
  • Narraciones: una narración cuenta una historia que ilustra alguna verdad sobre un tema. Las buenas historias son atractivas y ayudan a establecer un estado de ánimo. Deben ser contadas en un lenguaje concreto y colorido, y si se usa el diálogo y la caracterización, mejor.

La estructura de tu charla debe ser simple, equilibrada y ordenada. La simplicidad la consigues cuando has limitado el número de puntos principales y has utilizado un lenguaje claro y directo. Será equilibrada cuando las partes principales reciben el énfasis adecuado y trabajan juntas. Y tu charla estará ordenada si sigue un patrón consistente de desarrollo. Para ello, primero estructura el cuerpo para que luego puedas construir una introducción y conclusión que encaje tu mensaje. Luego desarrolla el cuerpo, determinando los puntos principales, decide cómo organizarlo y finalmente selecciona materiales de apoyo que sean efectivos, animados y coloridos.

Sintoniza con tus oyentes

Este punto es muy importante: ten claro que no eres el único protagonista de tu charla. Hay todo un conjunto de personas que están allí presentes con la ilusión de escuchar y aprender de lo que les vas a contar. Con esto en mente y antes de comenzar a hablar, debes establecer contacto visual con algunos de los que hay presentes mientras dejas que tus ojos escudriñen la sala un par de veces. Esto ayuda a crear una cierta intimidad con la gente que ha venido a escucharte y hará que los consideres personas, compañeros o incluso amigos en vez de una parte de una gran masa gris llamada audiencia. Este sentimiento de complicidad con las personas curiosamente también te hará sentir menos nervioso, más a gusto. Este contacto visual también debes llevarlo a cabo varias veces durante el discurso.

Ademas, leer en voz alta no es hablar en público y si no llegas a conseguir que te escuchen, todo tu esfuerzo habrá sido absolutamente inútil. Cuando presentas, puede ser útil llevar unas notas o incluso toda tu presentación escrita, si eso te hace sentir más seguro, pero ten presente que dar una charla en una WordCamp es una conversación en la que, como regla general, deberías pasar más del 50% de tu tiempo mirando a tu público.

Tu voz debe ser clara y fuerte. Habla despacio, para que todo el mundo pueda seguirte y asimilar la información que les estás dando. Puedes ir cambiando la velocidad para que no resulte monótona pero nunca hables demasiado rápido.

Insisto, en una charla de una WordCamp no estáis sólo tu y tu presentación. Eres parte de una conversación en la que hay un conjunto de personas que realizan el proceso de escucharte. Y ten presente que el proceso de escuchar consiste en 5 fases: recibir, comprender, recordar, evaluar y responder.

Fases de la escucha
Fases del proceso de escuchar.

Si tu objetivo es que tu oyente sea capaz de recordar, evaluar e incluso hacerte una pregunta o comentario interesante al final de tu charla, no te olvides de estas 5 fases. Y aquí, a diferencia de cuando charlas con un amigo, hay una herramienta imprescindible que debes usar al hablar en público si quieres obtener un feedback de tu audiencia: la repetición. Piensa que la capacidad de concentración de tu oyente es más limitada que si le hablaras en privado. Además tu capacidad para sintonizar con su reacción también es más limitada ya que tu ojos no son capaces de ver todas las caras a la vez y tu mente tampoco es capaz de procesar tantas reacciones.

Por lo tanto, si quieres asegurarte de que el mensaje que quieres transmitir se ha captado, entendido, recordado y evaluado, repítelo varias veces. Por supuesto con palabras diferentes, con frases estructuradas de forma distinta, introduciendo las ideas al principio, recordando los conceptos clave más adelante, proporcionando ejemplos variados y volviéndolos a resumir al final. De esta forma, le das la oportunidad al que te escucha no sólo de oírte, si no de tener la capacidad de procesar aquello que está escuchando y tener el tiempo para pensar en cómo darte una aportación.

Conclusión

Si te aceptan dar una charla en una WordCamp, el tema que propusiste seguro que va a ser de interés para el público. Así que no te preocupes sobre esto. Sencillamente, céntrate en encontrar ese estilo en el que te puedas encontrar cómodo y ser tu mismo. Prepara el contenido con antelación sin dejarlo para el último minuto. Todas las buenas presentaciones, han tenido más horas de preparación previa de las que te reconocerá quién las ha realizado. Ignora a los fanfarrones que te digan: «¡Bah! yo la preparé el último día y no he tenido tiempo de ensayarla», te aseguro que la diferencia se nota una barbaridad.

Tu a lo tuyo y seguro que irá bien. Recuerda que tu principal objetivo es conseguir que al final de tu presentación los oyentes te hagan preguntas y aportaciones interesantes.

Imagen destacada de BRUNO CERVERA en Unsplash.

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