Nunca he sido cliente de GoDaddy con lo que no tengo ninguna queja de su servicio. Y es más que posible que lo que expongo a continuación sea práctica común también en otras empresas similares (pero quizás lo escondan más / mejor). Por lo tanto este post no es un ataque a GoDaddy sino que usa GoDaddy como ejemplo de prácticas que a mi modo de ver son estrategias de marketing que es mejor conocer para evitar caer en la trampa. Y ahora al grano.
Hace nada anunciábamos la entrada de GoDaddy en el mercado de servicios de hosting especializados en WordPress. Si os fijáis en su página de precios, una de las características que GoDaddy incluye en todos los planes es una garantía de disponibilidad («uptime») del 99.9%. En principio, una maravilla dado que una disponibilidad del 100% es una panacea). Aunque, cuidado, que un 99.9 de disponibilidad implica que a lo largo de un año el servicio acumulará caídas de más de 8 horas (si esto es poco o mucho ya depende de tu volumen de negocio / visitantes).
El problema es que si esta promesa no va acompañada de una contraprestación a los clientes cuando no se cumple pues la verdad es simplemente hablar por hablar (bueno, «hablar para vender»). La respuesta en el caso de GoDaddy está, como siempre, en leer la letra pequeña. Si vais a los «terms and conditions» (sección 7) rápidamente veréis que su garantía es papel mojado. Mi interpretación de lo que ahí ponen es que 1 – Ellos y no tú, o una entidad externa, deciden cuando el servicio no cumple la disponibilidad prometida, 2 – no son responsables en los casos que, literalmente, no están bajo su control, o son causados por problemas de fiabilidad de ciertos entornos de programación, y 3 – Si aceptan que ha habido un problema tienes derecho a un 5% de descuento en tu factura del mes, que debes usar para comprar otros productos suyos.
Me parece un trato fantástico (para ellos). Total, lo único que dan es cupones para comprar más. ¿Legal? Sí. ¿Ético? Pues, seguramente no. Me recuerda al refrán: «Dime de qué presumes y te diré de qué careces».
(Ah, y antes de qué alguien diga que otras empresas no ofrecen ninguna garantía, os diré que a mi me parece perfecto; o bien no prometes nada y haces lo que quieres/puedes o bien prometes pero luego eres consecuente).
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